lunes, 26 de mayo de 2014

Grandes pequeñas cosas

            Grandes pequeñas cosas


Del perol donde se cuecen formas simples de la vida
me vuelven ciertos aromas que sabía que ya existían.

La sonrisa, en un saludo, de alguien a quien no conoces.
Que te llame por tu nombre, alguien de quien no te acuerdas.
Los besos de cualquier tipo, entre gente que se quiere.
La persona generosa que no quiere pagar siempre y te permite invitar.
El que antes de dar limosna, tienen saldadas  sus cuentas.

El caminar bien vestido en un día muy frio y sin viento.
 No tener todo tan claro. Ser fuerte pero ser tierno.
El que no ciega las fuentes, ni le arrastran las riadas.
Una palabrota justa cuando te enseña las uñas algo que tú no controlas.

Los músicos que conversan en idiomas, más allá, de acordes en do sol fa.
Que cante Fito Cabrales las ventajas de ser viejo.
El Sabina, Camarón y también Pablo Alborán.
Miguel Ángel Aguilar me presentó a Bertrand Russell.
El matiz rojo del hierro como naranja sanguina.

Las arrugas de la vida y los años ya vividos, llevados con dignidad.
El que comparte su vida, pasando sin dramatismos y se va sin molestar.

El que sin creer en nada, a veces habla con Dios, sólo para darle gracias.     

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